martes, 31 de agosto de 2010

Operación retorno


¡Ciudadanos!

Comienza la operación retorno de las vacaciones. ¿Estáis dispuestos para la marcha? Os habla el Gran hermano, quiero decir el Gobierno de España

Sed prudentes: comprobad la presión de los neumáticos, el agua del radiador y de la batería y el líquido de frenos. Ajustaos los cinturones de seguridad. Absteneos del alcohol durante toda la jornada. Hidrataos. Os quiero bien hidrataditos a todos.

Abrid el maletero: ¿Tenéis ya los triángulos señalizadores para casos de avería? ¿Habéis comprado el chaleco antibalas, reflectante. ¿Y está en el maletero? ¿Sí? Pues sacado de allí, insensatos; hay que llevarlo debajo del asiento del conductor. No olvidéis las cadenas por si nieva. Ya sé que estamos en agosto, majaderos; pero toda precaución es poca, y las cadenas serán obligatorias enseguida.

Escalonaos. No os amontonéis, que luego pasa lo que pasa. Poneos de acuerdo con el vecino para no salir todos a la vez camino de la Capital. ¡Venga!, en fila india y despacito, que mis radares y los helicópteros de la degeté os controlarán a lo largo de todo el trayecto. Es por vuestra seguridad y para incrementar las arcas del Estado.

Llevad ropa cómoda. ¡Señora!, ¿cómo va usted a conducir con esas plataformas? Zapatos cómodos y planos. Y no fuméis durante el viaje. Aún no lo hemos prohibido, pero todo se andará. ¿Acaso no sabéis que el 12,5% de los accidentes se deben a descuidos de fumadores?

Cuidadito con el móvil, que os veo. Activad el manos libres, pero no lo uséis demasiado, que es peligroso. Y, cuando repostéis gasolina, apagad el teléfono. Es obligatorio. Si en ese momento os llama alguien, puede saltar una chispa y producirse un incendio. Además os quitaré 3 puntos.

Ojo con el GPS. Hay que programarlo antes de ponerse en marcha. Si no, moriréis en el asfalto por insensatos. Y os quitaré otros 6 puntos. Y no enredéis con los cedés y las cassetes. No os juguéis la vida por una canción. Más vale no escuchar la radio, que distrae. Os quiero atentos a la carretera

Cada dos horas hay que bajarse del coche y estirar las piernas. El conductor debe echar un sueñecito de 15 minutos. Ni uno más. Y a hidratarse todo el mundo. Usted también, señora.

Les ha hablado la Dirección General de Tráfico. Ministerio del Interior. Gobierno de España.

—Vale, tío; pero no cuente conmigo para esa operación. Opérese usted si quiere. Lo mío es rodar por libre.

Heinz Kloster

lunes, 30 de agosto de 2010

30 de agosto

José Luis González-Simancas, don Jesús Urteaga, Isidoro Rasines,
Vicente Garín y Pedro Plans (1952)

Escribí
por aquí alguna vez, que las fechas del calendario se me van convirtiendo en perchas donde uno va colgando recuerdos, alegrías, penas... Supongo que ser viejo es esto: encontrarse que ya apenas quedan perchas vacías.

Hoy, 30 de agosto se cumple un año del fallecimiento de don Jesús Urteaga, el cura de mi cole, al que debo mil cosas que no puedo contar, y se cumplen 2 del fallecimiento de don Florencio Sánchez-Bella, que fue consiliario del Opus Dei en España.

Y hace 41 años, mi noche más larga: la de la víspera inolvidable de mi ordenación sacerdotal.




domingo, 29 de agosto de 2010

Los pájaros del tiempo


Tambien el abejaruco
se acicala para el viaje




Me he quedado solo en la casa antigua de Molinoviejo. Los dos sacerdotes que me acompañaban ya han regresado a Madrid, y, por lo que veo, las oropéndolas y los abejarucos también han emprendido el viaje de regreso hacia sus cuarteles de invierno.

Después de una tarde apretada de confesonario, salgo al jardín con los prismáticos para despejarme. Sopla una brisa fresca. El fuego africano que nos achicharró ayer se ha desplazado hacia el este de la Península. Seguimos en verano, pero hay algo impalpable en el aire, que anuncia las primeras lluvias de otoño.

En el camino que bordea la finca, cuatro o cinco golondrinas se alinean sobre un cable como notas musicales de un pentagrama. Un observador inexperto diría que tienen algún parásito en las plumas y tratan de quitárselo a picotazos; pero no es así. Se están acicalando. Se impregnan de grasa las alas para impermeabilizarlas en previsión de una tormenta. Toman un poco de aceite de la glándula uropigial, que tienen en la base de la cola, y lo reparten cuidadosamente por todo el cuerpo.

Son los “pájaros del tiempo”, tan eficaces al menos como los “hombres del tiempo” de la tele. No manejan mapas meteorológicos ni han oído hablar del Meteosat, pero lanzan señales inequívocas de que el clima va a cambiar. Claro que a veces se equivocan como sus colegas humanos o no sabemos interpretarlos. Yo creo que estas golondrinas saben que hoy no va a llover, pero se están preparando un chubasquero para el largo viaje que les aguarda.

Por cierto, qué poco me gusta aquella rima clásica de Bécquer que habla de las "oscuras" golondrinas. ¿No se te ha ocurrido otro adjetivo mejor, amigo poeta? Supongo que el bueno de Gustavo Adolfo no miraba demasiado a las aves.

Los días se van acortando y ya puedo ver anochecer antes de la cena. La puesta de sol, desde Molinoviejo, es un espectáculo único. No comprendo cómo no se detiene el tráfico para contemplarlo.

El lunes regreso a Madrid. Preguntaré en la farmacia si tienen algún medicamento contra el síndrome ése de la vuelta al cole.

sábado, 28 de agosto de 2010

Aves de por aquí (y de por allá) (y XVI)


Como
comprenderéis apenas he descrito aquí una mínima parte de las aves de Molinoviejo. No he hablado de los chochines, de los mitos, del modesto gorrión molinero, de los herrerillos, carboneros, agateadores, etc. Tampoco he dedicado una sola línea a las rapaces nocturnas y sólo he hablado de una diurna. Tendría que haberme referido a los milanos (el negro y el real), a los cernícalos, alcotanes, etc. etc. Otro año será.

¿Que por qué me gustan las aves? Mirad atentamente a toda pantalla el vídeo que viene a continuación. Dura algo más de diez minutos, pero vale la pena.

viernes, 27 de agosto de 2010

Flos Cedrorum Libani


Está imagen de la Santísima Virgen ya está en el Líbano. La ha pintado Encarni García, una chica que trabaja en la administración de Molinoviejo. Hace unos días se la ha entregó a Rita y a Manal, dos libanesas del Opus Dei que han pasado por Madrid durante el mes de agosto. Lo más probable es que la imagen se quede en “Altilal”, la primera casa de retiros de la Obra en aquel país, es decir el “Molinoviejo” del Líbano.

Cuando Encarni me enseñó el cuadro, pensé que había que darle un “título”, y, al recordar los cedros del Líbano y aquella antigua jaculatoria —exaltata sicut cedrus, alta como el cedro— con que se piropea a la Virgen María, pensé que este retrato bien podía ser la flor de uno de esos árboles. Sí, “Flor de los cedros del Líbano, Flos cedrorum Libani”; así la llamé.

El cedro del Líbano es un árbol que aparece muchas veces en la Biblia. Con su madera preciosa se construyó el primer templo de Salomón, como nos cuenta el libro de los Reyes. Nativo de Asia Menor, es enorme y bellísimo. Puede alcanzar hasta 30 m de altura y es el árbol emblemático del Líbano, que figura en su escudo y en su bandera como símbolo nacional.

El cedro del Líbano vive muchos años. Todavía pueden encontrarse ejemplares en estado silvestre con una edad estimada de más de 2.000 años.

La tomatina

He vivido 9 años en Valencia, soy del Valencia (mucho más que del Athletic) y lo seguiré siendo, aunque este año lo tengamos crudo por la huida de Villa, y Silva. Me gustan las fallas, la paella, la nit de foc y la horchata con fartons. Llevo siempre conmigo una medalla de la Mare de Deu dels Desamparats, y tuve en inmenso honor de que me eligieran para predicar en su Basílica en mayo de 1973 con motivo del cincuentenario de su coronación canónica. Desde ese día me considero valenciano para siempre.

Digo todo esto para tomar carrerilla y para que nadie interprete mal mi protesta. Yo sé que estoy un poco gruñón, que los calores me resecan el ingenio y a partir de los 30 grados centígrados, tiendo a estar en contra de casi todo y me pongo insoportable; pero, honradamente, cada vez que veo en televisión "La tomatina" de Buñol siento una vergüenza imponente.

  • 100.000 kilos de tomates... (¡Cuántas ensaladas perdidas!).
  • 45.000 ciudadanos entomatados de pies a cabeza lanzándose proyectiles los unos a los otros.
  • Cuerpos semidesnudos y sudorosos rebozándose en una salsa asquerosa.
  • Las calles de Buñol teñidas de rojo; los escaparates protegidos de la barbarie.
  • Y todos felices porque vienen los japoneses a hacer fotos.

Ortega aseguraba que a los pueblos se les conoce por sus fiestas. Conozco Buñol y creo honradamente que don José se equivocaba.

jueves, 26 de agosto de 2010

Las calores


Enrique García Máiquez en su columna semanal, da la vuelta al refrán y asegura que "siempre llueve a gusto de algunos".

De acuerdo; pero ¿a gusto de quién vienen estos africanos calores? En Molinoviejo, 37 grados.



Palabras mediáticas (IV)

Gastronomía

Leo en la sección regional del periódico un reportaje sobre la comilona festiva que se celebra cada año por esta zona. La crónica, ilustrada, con unas expresivas y apetitosas fotografías, lleva el siguiente titular:

Gastronomía: catorce mil personas degustaron ayer los judiones de La Granja.

No, mi querido cronista; los judiones no se “degustan”. Eso es una manifiesta cursilería impropia de usted. Los judiones se comen, se devoran, se zampan, se engullen. Degustar, según el diccionario de la Academia, es “probar o catar…,” y resulta del todo evidente que los aguerridos devoradores de judías degustaron lo justo nada más.

¿Y no estáis un poco hartos de la palabra “gastronomía”. En algunas guías turísticas, en las crónicas de vacaciones y, en general, siempre que se habla de comer y beber, aparece la palabreja en cuestión.

Más de una vez he pensado que, en lugar de “gastronomía” sería más propio titular: “Gula”

miércoles, 25 de agosto de 2010

Publicidad bajo el agua

¿Qué cara se te quedaría si te toparas con un cadáver encadenado bajo el agua mientras completas tu sesión de buceo en plenas vacaciones? Esta es precisamente la inquietante propuesta de FOX Crime, el primer canal de televisión dedicado al crimen y a la investigación, que ha decidido patrocinar este verano su marca de esta manera tan original y macabra.




Terror meteorológico


Enciendo la tele. El hombre del tiempo sonríe:
—Se aproxima una ola de calor africano que cubrirá la Península entera…
El adjetivo “africano” me produce un extraño escalofrío.
—Alerta roja en Andalucía, Extremadura, Murcia, Madrid…
Las imágenes del satélite llenan la pantalla. ¿Por qué sonríe ese miserable?
En Molinoviejo el termómetro marca 15 grados, pero yo ya estoy sudando de terror.

martes, 24 de agosto de 2010

La autopista


No me gustan las autopistas. Por regla general me dan sueño, sobre todo desde que está prohibido todo lo que podría amenizar el viaje. Nuestras protectoras autoridades han quitado las curvas peligrosas y los cambios de rasante; han eliminado los anuncios de las carreteras para evitar que nos distraigamos; han llenado de radares la ruta para que vayamos a velocidad de carromato y el trayecto se nos haga eterno, y no nos dejan tocar el móvil, ni el navegador. Así no hay quien se mantenga en vela, la verdad. Cualquier día de estos derriban la catedral de Burgos para que no se distraigan los que circulan por la Nacional I.

Un funcionario de la Dirección General de Tráfico explicaba esta mañana por la radio que el conductor debe poner los cinco sentidos en la conducción. ¿Los cinco? ¡Qué espanto! Debe ser agotador. Yo, que iba camino de Madrid, hice un rápido examen de conciencia y comprobé que la vista, el oído y el tacto sí que estaban atentos a la carretera, pero el olfato y el gusto no. En ese momento saboreaba un caramelo de café para evitar el sopor y mi nariz aspiraba el aroma de un ambientador que me regalaron en la gasolinera.

Debo reconocer sin embargo que la autopista Segovia-Madrid me ha resuelto muchos problemas. Hoy, igual que ayer, en sólo tres cuartos de hora me he plantado en una clínica madrileña para atender a un enfermo que pasa por un momento delicado y difícil. Llevaba los óleos en la guantera y, en el bolsillo interior de la chaqueta, una teca dorada.

Antes de llegar a la clínica, pasé por mi casa y tomé del Sagrario una porción mínima de la Sagrada Forma. La guardé en la teca y, con el Señor en el coche, conduje en silencio hasta mi destino.

El Ángel Custodio me tenía reservado un hueco perfecto para aparcar a pocos metros de la Clínica. Subí a la habitación y el enfermo me recibió con una sonrisa esplendorosa. Estaba delgadito y pálido, pero parecía despreocupado de todo. Sólo ha pedido que le traigan un escapulario de lana y la Comunión.

De regreso a Molinoviejo, ya se me había pasado el sueño. Di gracias a Dios porque no hay trabajo más estimulante para un sacerdote que acompañar a los enfermos que se encuentran en el tramo final de su vida.

Empecé a rezar el rosario y me asaltó una duda: ¿estará prohibido por la DGT pasar las cuentas con la mano derecha? Mejor no darles ideas.

Aves de por aquí (XV)




He
hablado y escrito mucho sobre las oropéndolas. Todas las mañanas me despierta el canto de un macho que, casi siempre se esconde cuando trato de localizarlo.

Es un ave inteligente y escurridiza, de recorridos rápidos y cortos entre las ramas, aunque alcanza vuelos muy altos en sus migraciones. Su plumaje dorado se confunde con los destellos del sol. Construye sus nidos con gran velocidad y nidifica en lo más alto de los árboles. Los álamos de Molinoviejo, junto al arroyo, albergan todos los años al menos un par de nidos.

Miden unos 25 cms. de largo. Son monógamos, territoriales y migratorios. Ponen habitualmente dos o tres huevos y se quedan con nosotros hasta el mes de septiembre.



lunes, 23 de agosto de 2010

Palabras mediáticas (III)

De culto



El
origen de esta expresión se me escapa por completo. El diccionario no la contempla, y uno, a pesar de que se codea con los vocablos más extravagantes del habla popular, la descubrió hace poco. En aquella ocasión charlábamos sobre una vieja película que treinta o cuarenta años atrás ya me había parecido insoportable, pedante y nebulosa. Mi interlocutor entonces alegó indignado:

—¡Es una película de culto!

—¿De quién?

Trató entonces de aclararme el concepto, y yo llegué a la siguiente conclusión, que ahora expongo:

Dícese que una peli es “de culto” cuando cumple los siguientes requisitos:
  1. que aburra a las ovejas el día del estreno;
  2. que sea calificada de genial por tres o cuatro críticos;
  3. que el paso del tiempo la haga aún más incomprensible y tediosa;
  4. que los críticos, ya fallecidos, sean considerados también “de culto” y alguien les haga caso.
Como ejemplo, he rescatado de Internet unos minutos de “el año pasado en Marienbad” que es la película “de culto· por antonomasia.

No es necesario que veais los 9 minutos: con 3 ó 4 basta. El resto es igual de insoportable.


domingo, 22 de agosto de 2010

La Reina


Hoy predico el retiro en Molinoviejo con la mirada puesta en la Reina de esta casa.

Ha subido tanto la temperatura que a las 6 de la mañana ya estaba sentado en el jardín preparando la primera meditación. He hablado de la historia de una vocación, la de don Jesús Urteaga, que falleció hace un año.

El silencio del oratorio era absoluto

sábado, 21 de agosto de 2010

Palabras mediáticas (II)

Transversal

He aquí un adjetivo indispensable para cualquier conferencia o alocución que se precie. El Diccionario lo define como “lo que se halla o se extiende atravesado de un lado a otro”. Luego incluye un par de descripciones geométricas para aclarar la cosa, y, como última acepción, asegura que a nuestros parientes “colaterales” podemos llamarlos también “transversales”. O sea, que nos mete el adjetivo en la familia Si se lo digo a mi cuñada Amalia, me mata.

Sin embargo, el sentido de este singular palabro es mucho más profundo. Los pedagogos lo adoptaron con entusiasmo y llenaron sus diseños curriculares de “asignaturas transversales” para confundir al personal. Hoy mismo, un conocido político recién llegado de vacaciones ha dicho, hablando de la elecciones primarias para la Comunidad de Madrid, que “éste es un tema transversal al partido”. Hace unos días, un ministro emitió una opinión, aclarando, por supuesto, que se trataba de algo transversal” y, por tanto… (por tanto, ¿qué? No lo entendí). En el debate sobre la prohibición de las corridas de toros la “trasversalidad” saltó del castellano al catalán. Y, cuando el maestro Valdano utilizó el adjetivo para hablar de fichajes para el Madrid, no tuve más remedio que incorporarlo a mi macuto definitivamente.

De ahora en adelante lo emplearé en mis homilías más cultas. Que nadie se alarme: su significado ira variando según el contexto. Será una especie de adjetivo filosofal, apto para calificar o descalificar según convenga.

—Te veo un poco transversal, colega.

—Sí, Kloster. sí; es que he dormido poco.

Aves de por aquí (XIV)

El ruiseñor




No prestéis atención a las imágenes de este vídeo, que sólo sirven para confundir. El canto, sin embargo, está perfectamente grabado. Así canta el ruiseñor, así improvisa, trina y hace maravillas con su garganta prodigiosa.

Escondido en su posadero, sin dejarse ver, mientras la hembra incuba los huevos, canta durante horas, siempre a la caída del sol. El ruiseñor es el rey de la noche.

Cuando termina la primavera, el ruiseñor calla; por eso es tan difícil encontrarlo, aun sabiendo por dónde suele estar. Discreto y huidizo, cualquiera lo confundiría con un pajarillo corriente, incluso con un gorrión. Pero no: su pico de insectívoro, su figura esbelta, la cola larga y algo rojiza y el sonido líquido que emite, lo hacen único. Yo he visto un par de parejas en Molinoviejo, pero seguro que hay más. Pronto emprenderán su viaje hacia África.

¿Habéis visto matar a un ruiseñor? No me refiero a la película, sino al hecho. Hace años, un amigo mío, con una carabina, disparó sobre el primer pájaro que vio.

Mozart se revolvió en la tumba.




viernes, 20 de agosto de 2010

Aves de por aquí (XIII)

La lavandera blanca

Motacilla alba es su nombre científico. ¿Quién no la ha visto alguna vez correteando por el cesped de un jardín o de un parque? La llaman lavandera porque, según parece, se situaba cerca de las mujeres que lavaban la ropa en el río. A este pajarillo le van las zonas húmedas, pero sin exagerar: los jardines recién regados, los campos de golf, los arrozales, etc.

En Molinoviejo aparece y desaparece según cómo esté el campo. Es pariente cercano de la lavandera cascadeña, de color amarillo (vi centenares en el Monasterio de Piedra) y de la alpispa canaria, que probablemente es también una cascadeña con acento insular.

De acuerdo, es un pájaro corriente, casi doméstico; pero que nadie lo llame vulgar. Camina como una señora de la pradera. En italia la llaman "ballerina bianca".


Palabras mediáticas (I)



Me encantan las palabras y las frases de moda, esas que aparecen de pronto sin padre ni madre, con vestido nuevo, recién peinadas, y, sin saber por qué, encuentran una acogida entusiasta en los periódicos, la radio y la tele. Son voces molonas, de una eficacia indudable. Si no las utilizas no existes. Hay que emplearlas con ocasión o sin ella antes de que se desgasten por el uso y se conviertan en vocablos moribundos. No importa lo que signifiquen; basta con situarlas en un contexto vagamente adecuado.

Ojalá fuera yo capaz de crear una de esas palabras. Sentiría el gozo paterno de verla crecer día tras día entre los políticos, saltar del gobierno a la oposición, invadir las televisiones, y comprobar —¡qué alegría!— que la hace suya la propia Belén Esteban, la princesa del pueblo.

—¿Se puede saber de qué palabras hablas?

—Hay muchas, amado Kloster; pero comenzaré por una que se me ha escapado en el título de esta breve consideración: “mediático”.

—Pero el adjetivo “mediático” está en el diccionario.

En efecto; acaba de llegar, y ha entrado con la arrogancia propia de los adolescentes, abriéndose paso a codazos y tratando de conquistar nuevos y más gloriosos significados. El diccionario lo define como “perteneciente o relativo a los medios de comunicación”; pero se queda corto. Ser mediático o mediática es haber alcanzado un grado de popularidad y simpatía (o antipatía) capaz de arrasar en los “medios”. El diccionario, por ejemplo, no es mediático. Tampoco lo son La crítica de la razón pura ni el Cardenal Secretario de Estado del Vaticano. Son mediáticos Arguiñano, Nadal, la Duquesa de Alba y Quico matamoros. No lo son mi madre, que cocina mejor que Arguiñano ni la malvasía común, que es un pato muy poco común.

—¿Y se puede saber a qué viene esto?

—A la falta de noticias, amigo Kloster. Me propongo hacer una relación de esas palabras molonas, imprescindibles para manejarse en el siglo XXI. Ésta es sólo la primera.

—No me parece muy mediático.

—Tampoco lo pretendo.

jueves, 19 de agosto de 2010

Aves de por aquí (XII)

El papamoscas

Ya han llegado a Molinoviejo los papamoscas. Suelen venir por estas fechas. Yo supongo que han comenzado su migración hacia el sur y hacen paradas de varios días en el camino para tomar fuerzas.

El papamoscas cerrojillo, como el de la foto, se busca un posadero estratégicamente situado, a ser posible cerca de una corriente de agua, y hace vuelos acrobáticos en todas las direcciones para atrapar en el aire las moscas y mosquitos de su entorno.

Están con nosotros 6 meses. En abril comienzan sus cortejos nupciales e inmediatamente hacen el nido. Sin embargo hasta agosto o septiembre no aparecen por Molinoviejo.

A mí me encanta sentarme a una distancia prudencial y observar su constante actividad. Tomarlos en vídeo es casi misión imposible, pero aquí tenéis a un papamoscas charlando con su vecina.





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El droguero solitario

En agosto, algunos barrios de Madrid se quedan así de vacíos
Bajo a Madrid para ver a un enfermo y aprovecho para comprar algunas cosas: crema de afeitar, pasta de dientes…

La droguería, habitualmente muy concurrida, está desierta; sólo hay un dependiente con cara de aburrido que ya me conoce de otras ocasiones.

—Qué, ¿de vacaciones?

—No mucho, la verdad. ¿Y usted?

—Aquí, en el curro. Pero no viene nadie. Este barrio se vacía en agosto. Por cierto, ¿le importaría quedarse solo en la tienda unos minutos? Es que tengo que ir a… y no quiero cerrar la tienda por eso.

Pongo cara de infinita comprensión y, sin esperar respuesta, sale como una flecha y entra en un hotel que hay enfrente.

Total, que me he quedado al mando de la perfumería, con la caja abierta y todo el género a mi disposición. Lástima que no haya entrado ningún cliente: habría sido divertido ejercer de droguero o perfumero, y habríais podido acusarme injustamente una vez más de inventarme las anécdotas que cuento.

Diez minutos largos ha tardado en regresar el dependiente.

—Perdone, pero es que no sabe lo que tiene que pasar uno aquí solo…

Ha tratado de regalarme la crema de afeitar, pero hemos quedado en que me invitará a una cerveza otro día cuando no tenga excesivos problemas intestinales ni de trabajo.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Ignacio Basurte Cisneros


Nada más encender el ordenador, me llega un mensaje de Luis: ha fallecido Ignacio Basurte. Sé que érais muy amigos...

Ser cura es también esto: recibir continuos golpes en el corazón y tener que consolar a los demás cuando uno necesita también de ese consuelo.

Ignacio, médico psiquiatra, conversador incansable, dicharachero, divertido, amigo de sus amigos, generoso hasta la exageración, cariñoso con sus enfermos..., fue, ante todo, un gran cristiano, un hombre de fe, siempre dispuesto a poner su gran corazón y su talento al servicio de los demás.

Dentro de unos minutos, aquí, en Molinoviejo, ofreceré la Misa por él y por su estupenda familia. Hoy no estoy para hablar de pájaros.

martes, 17 de agosto de 2010

Aves de por aquí (XI)

La gallina


Tiene razón Antuán. Venga a hablar de águilas y de pajaritos del bosque, y me olvido de la gallina, la modesta, hacendosa, gordinflona e injuriada gallina doméstica.

Injuriada injustamente, desde luego, y casi nadie sale en su defensa. Es la única ave, que yo sepa, que cambia de nombre al cambiar de sexo para poder insultarla mejor. No se habla del halcón y la halcona, del cuervo y la cuerva ni del gorrión y la gorriona. Lo correcto es decir, “el halcón hembra”, “el cuervo hembra” o “el gorrión hembra”. Siguiendo la misma lógica, a la gallina habría que denominarla “gallo hembra”; pero no. Se le muda el nombre para humillarla mejor.

Me diréis que también se llama palomo al macho de la paloma y palomino al recién salido del huevo, pero en el lenguaje corriente esos dos términos tienen un significado muy alejado de la ornitología.

A los cobardes se les llama gallinas; a los valientes, gallos o gallitos. No lo digo yo, sino el Diccionario de la Academia. Si llamáis gallina a un amigo, lo más probable es que lo perdáis para siempre. Al que se asusta, se “le pone la carne de gallina”. Los niños juegan “a la gallina ciega”, porque se supone que la gallina es un poco lerda. Y cuando un gallo de pelea es derrotado se dice que “canta la gallina”, lo mismo que cuando uno confiesa algo humillante.

Acostarse con las gallinas es irse a la cama temprano. En cambio, madrugar es levantar al gallo. Y eso, por no hablar del gallinero como metáfora de una reunión de marujas parlanchinas que alborotan o de algunos partidos políticos con conflictos internos. Es cierto que también hay gallos en los gallineros, pero sólo uno para ser el señor absoluto de las pobres gallinas.

Tienes razón, Antuán. Reivindiquemos la dignidad de la gallina. No toleremos que se las compare con esas mujeres que precederán a los fariseos en el Reino de los Cielos. Y, sobre todo, démosles las gracias por los huevos que puntualmente nos regalan; esos huevos frescos que, matrimoniados con jamón o con chistorra, son, en el desayuno, el primer homenaje del hombre a la aurora.


Aves de por aquí (X)

El águila imperial

A muy poca distancia de Molinoviejo se encuentra el valle de Valsaín, uno de los pocos lugares del mundo en el que aún anidan varias parejas de águilas imperiales.
Valsaín se sitúa en la vertiente norte de la Sierra de Guadarrama orientado de sur a norte; tiene una anchura media de 6 kilómetros y una longitud aproximada de 9. La altitud de la zona oscila entre los 1.100 metros de Molinoviejo y los 2.125 de Siete Picos.

Los Montes de Valsaín ocupan cerca de once mil hectáreas, y, según parece, pronto serán declarados “Parque natural”. Más de la mitad de su superficie está poblada por pinos silvestres, los famosos pinos de Valsaín, que se elevan al cielo enhiestos como mástiles enormes de excelente madera y constituyen desde tiempo inmemorial, el motor económico de la zona.

El valle y los montes, están traspasados por la carretera que une Segovia con Madrid salvando el puerto de Navacerrada. Hay algunos otros caminos y sendas asfaltadas, pero el impacto de la población humana es mínimo.

El Catálogo de la fauna de los Montes de Valsaín recoge más de 210 especies de vertebrados y 570 de insectos. De mamíferos y reptiles sé poco, pero he podido contemplar muchas de las 150 especies de aves que hay en la zona y que, en su mayoría, ponen aquí sus nidos. Entre las más exóticas, destacan por su número el buitre negro (Aegypus monachus) y algunos ejemplares de águila imperial ibérica (Aquila adalberti), que de vez en cuando sobrevuela Molinoviejo. También tenemos, por supuesto, buitres leonados águilas calzadas y perdiceras, milanos reales y negros…, y picapinos, garzas, milanos, autillos, herrerillos, pinzones, palomas torcaces, chovas, pitos reales, arrendajos...

El águila imperial ibérica quizá no tenga la planta ni la gallardía del águila real, pero se le parece mucho y, como es sólo española, la hemos coronado emperatriz. Quedan pocas y el peligro de que se extinga es real; pero, desde las leyes proteccionistas de los años 60, el número de parejas va aumentando poco a poco. Ya andamos por las 250.

La mejor forma de distinguir a una imperial de una real es fijarse en la parte superior de las alas, en el hombro: el águila imperial tiene una extensa mancha blanca, como si estuviera cubierta de nieve.

Hace años un chaval me interrumpió en una charla sobre aves:—¿Y por qué le preocupa que se extinga una especie de pájaros?

—¿No te importaría —le contesté— que alguien entre en el Museo del Prado y queme “Las Meninas, de Velázquez”?

—No es lo mismo.

—En efecto, no lo es. El águila imperial es una obra de arte mucho más perfecta que cualquier cuadro. Y si un día desaparece, nadie podrá reconstruirla y echarla a volar.
* * *
Hoy no tengo ningún vídeo bueno sobre esta especie. El mejor está aquí, pero no he sido capaz de trasladarlo al globo.

lunes, 16 de agosto de 2010

Aves de por aquí (IX)

...y aquí tenéis al Pinzón vulgar, que con un trino repetido una y otra vez, marca su territorio para que ningún otro pájaro de su especie venga a molestar a su familia.

En Molinoviejo debería haber centenares, pero parece que se han ido de excursión.


Aves de por aquí (VIII)

El verdecillo

Ayer, como era fiesta, cogí los prismáticos y me di un paseo por el jardín en busca de pajaros. Primera sorpresa: no había ni un solo pinzón, y eso que otros años suele ser la especie más numerosa. En cambio me encontré con una auténtica muchedumbre de jilgueros, eso sí calladitos como corresponde al mes de agosto. Por encima de todo, sobrevolaba una pareja de águilas imperiales, cada vez más adictas a esta zona. Y, como siempre, discretos pero omnipresentes, los verdecillos.

El verdecillo es una de las aves más modestas de nuestra avifauna. Visten de un verde amarillento muy discreto; es el color de la primavera. Cuando vuelan, se diría que los lleva el viento; son ligeros como hojas de otoño. Cantan muy bien (son primos hermanos de los canarios), pero tan bajito que necesitan hacerlo en coro. El canto de los verdecillos es la música de fondo del jardín. Les gusta destacar y se posan en lo más alto de los árboles más pequeños. O sea, que son unos pequeños vanidosos, pero conocen sus limitaciones.

Al parecer, los verdecillos fueron durante siglos aves migratorias, que pasaban con nosotros seis meses al año; pero un día se quedaron, y aquí viven de enero a enero.

Creo que ya hablé de los verdecillos hace dos o tres años y seguro que dije las mismas cosas, pero ya que estamos repasando las especies de aves que me rodean, me repito y en paz.

El vídeo es modesto, como el modesto serinus serinus.


domingo, 15 de agosto de 2010

15 de agosto. El triunfo de María

Antes de ponerme a escribir sobre la fiesta de hoy, he buceado en el globo por ver lo que dije hace un año: esto.

Yo estaba aquí mismo, en la habitación donde escribo ahora; usaba el mismo ordenador, y -esto sí que es una coincidencia- también son las 6 de la mañana, aunque un poco pasadas.

El día amanece fresco y azul. A estas horas los pájaros están muy ocupados con su desayuno y se dejan observar sin demasiados remilgos, pero no saldré al jardín. No me cuesta trabajo identificarlos por sus gritos, que me llegan a través de la ventana.

La Asunción de María Santísima significa muchas cosas:
  • Es el triunfo definitivo de la Gracia sobre el pecado.
  • Es Eva, que aplasta la cabeza de la serpiente.
  • Es Dios que se lleva a su Madre a la Gloria con su Cuerpo adorable, porque no se conforma con tenerla en espíritu.
  • Es Jesús, que añora las caricias de Belén, los besos, la mirada de María.
  • Es la seguridad de que en el Cielo nos espera un corazón de carne: su Corazón Inmaculado.
  • Es la solemnidad más alegre del año, el día en que el Cielo se vistió de fiesta para recibir a la Reina de los Ángeles.
  • Es el día en que se durmió la Virgen y vino el Niño Jesús a despertarla.
Y aquí, igual que el todos los centros del Opus Dei del mundo entero, hoy es también el día en que renovaremos la Consagración de la Obra al Corazón Inmaculado de María, que el Fundador hizo por primera vez en la Basílica de Nuestra Señora de Loreto el 15 de agosto de 1951 y renovó en Molinoviejo el 2 de octubre de 1953.

...Te consagramos nuestro ser y nuestra vida; todo lo nuestro: lo que amamos y somos. Para ti nuestros cuerpos, nuestros corazones y nuestras almas; tuyos somos nosotros y nuestros apostolados. Queremos que todo, en nosotros y en nuestro alrededor, te pertenezca y participe de tus bendiciones maternales...

Un soneto para el día de la Asunción

¿A dónde va, cuando se va, la llama?
¿A dónde va, cuando se va, la rosa?
¿Qué regazo, qué esfera deleitosa,
qué amor del Padre la alza y la reclama?

Esta vez como aquélla, aunque distinto;
el Hijo ascendió al Padre en pura flecha.
Hoy va la Madre al Hijo, va derecha,
al Uno y Trino, al trono en su recinto.

Por eso el aire, el cielo, rasga, horada,
profundiza en columna que no cesa,
se nos va, se nos pierde, pincelada
de espuma azul en el azul sorpresa.

No se nos pierde, no; se va y se queda.
Coronada de cielos, tierra añora
y baja en descensión de Mediadora,
rampa de amor, dulcísima vereda.


Gerardo Diego

sábado, 14 de agosto de 2010

En la garita

Algo hemos mejorado desde que se contruyó este confesonario

Hasta hace poco, el diccionario se empeñaba en llamarlo “confesionario” —con una i en medio— y si escribía "confesonario", el corrector de word me lo subrayaba en rojo como si se tratase de un error ortográfico.

Las auténticas faltas de ortografía suelen venir de fábrica, en el diseño mismo de estos muebles litúrgicos. Resulta evidente que deberían servir para que el sacerdote permanezca muchas horas dentro sin necesidad de sufrir contracturas cervicales, calambres en las piernas ni esguinces de cuello. Sin embargo hay un diablo especializado en nublar la mente y embotar la imaginación de los más brillantes arquitectos para que si algún día se ven en la obligación de dibujar un confesonario, el resultado se parezca a un refinado potro de tortura.

Creo que exagero. En realidad, no es para tanto. Si el confesor se prepara con veinte minutos de gimnasio y de estiramientos musculares podrá superar el trance con dignidad, y atenderá a los penitentes que aparezcan con afecto y buen humor.

Son las ocho y media de la tarde y acabo de salir de dos confesonarios bastante más confortables que los habituales. Hoy no he hecho otra cosa que escuchar confesiones y debo decir que vale la pena encerrarse en la garita las horas que haga falta y comprobar que la Gracia de Dios actúa en las almas con una eficacia sobrecogedora.

—¿Y no es mejor confesarse fuera, en una amigable charla con el penitente, con la brisa del atardecer entre los pinos?

No seré yo quien niegue la validez de esas gratísimas conversaciones, pero el Confesonario es la sede adecuada porque ayuda a recordar que el perdón viene de Dios, no de un hombre ni de las aves del cielo; que estamos ante una realidad sagrada y misteriosa; que, cuando el sacerdote dice “yo te absuelvo…”, es Cristo quien pronuncia esas palabras desde la Cruz.

A lo mejor por eso viene bien que el Confesor se encuentre un poco incómodo.

viernes, 13 de agosto de 2010

Recuerdos

pinar de Valsain
En la columna de la derecha del globo hay una sección titulada “etiquetas”, muy útil si uno quiere leer las diferentes entradas clasificadas por temas.

En la etiqueta “ser cura” aparecen los 178 microrelatos que he escrito hasta la fecha sobre el sacerdocio en general y sobre mi trabajo como cura en particular. Los he estado repasando y llego a la conclusión de que forman una especie de diario desordenado e irregular, en el que, a pesar de todo, hay historias aprovechables para componer un librito o un folleto.

Al terminar la lectura hago el propósito de seguir publicando más recuerdos de estos 41 años de sacerdocio, que se me han pasado en un soplo. Me servirá también para refrescarme la memoria, que con los años se vuelve confusa y a veces engañosa.

¡Es grande ser cura!, escribí cuando puse en órbita este blog. Y lo repito ahora con la descarada intención de que muchos chicos —pienso ahora en la Jornada Mundial de la Juventud para la que falta un año exacto— tengan el coraje de aguzar el oído y escuchar a la voz de Dios, que llama siempre en voz baja.

Hoy he vuelto a Madrid desde Molinoviejo. Tenía pendiente un par de gestiones, y he visitado a Manolo, que está enfermo en el hospital. Manolo tiene muchos años. No diré nada más. Sólo que me ha conmovido su fe y su abandono en las manos de Dios.

Entre las tareas que debe hacer un cura, la más gozosa es ésta: visitar a los enfermos y especialmente a los ancianos; aprender de la sabiduría de los viejos y ayudarles a combatir y a vencer las últimas batallas de su vida.

Por cierto, en el viaje de vuelta he visto un águila imperial, que sobrevolaba el pinar de Valsain.

jueves, 12 de agosto de 2010

Concierto para máquina de escribir y orquesta

Pues sí, el pájaro carpintero que ameniza las mañanas de Molinoviejo suena más o menos como este singular mecanógrafo del Festival Straus de 2008. El vídeo me lo envía desde Vitoria don Fernando Acaso.

Daría cualquier cosa por saber qué es lo que quedó escrito en el papel.




Por cierto, no estaría de más explicar a los más jóvenes que la "máquina de escribir" era un ingenio mecánico, precursor inmediato del ordenador portátil, que trasladaba directamente al papel cada una de las letras del teclado. No necesitaba impresora, batería ni electricidad.


miércoles, 11 de agosto de 2010

Aves de por aquí (VII)

El halcón peregrino

De nuevo traigo aquí un recuerdo de Rodríguez de la Fuente, esta vez ataviado con un modelito muy de la época. Nos habla del halcón peregrino, el mejor cazador del aire, y mi ave predilecta.

El halcón viste un plumaje compacto y metalizado, como la armadura de un guerrero antiguo. Es pequeño, pero verlo de frente asusta.

Hace muchos años conocí en la Pedriza a un matrimonio de recién casados, italianos, que pasaban la luna de miel en España a bordo de un todoterreno imponente. Eran ornitómanos como yo y habían hecho un alto en la Sierra de Madrid. Me interrogaron acerca de las especies más interesantes de la zona, comimos juntos debajo de unos fresnos y, al terminar, subimos con el todotrerreno por un camino escarpado para acercarnos lo más posible a lo que parecía el posadero de una rapaz.

Abandonamos el coche muy cerca de nuestro objetivo y tomé la cabeza de la expedición. Al dar la primera curva, me encontré a dos metros de un nido de halcón en el que la hembra incubaba los huevos. Me detuve en seco y traté de retroceder. En ese momento vi venir al macho. Era, efectivamente, como un misil aire-tierra que apuntaba directamente a mi cabeza. Agarré la bolsa de mano y la hice girar en el aire para defenderme del ataque. Por dos veces el macho me tuvo en su punto de mira. Y os aseguro que no he olvidado aquella mirada.

A todo esto, la chica italiana no paraba de sacar fotos mientras reía a carcajadas. Prometió enviármelas, pero todavía las estoy esperando.

martes, 10 de agosto de 2010

Aves de por aquí (VI)

El pico picapinos

Lo
he oído esta mañana a las 7 en punto. Yo había salido a dar un paseo por el jardín aprovechando que la mayor parte de los pájaros estaban ya desayunando, cuando ha comenzado a sonar el inconfundible tamborileo del Dendrocopos maior, pico picapinos para los amigos.

El video que viene a continuación no nos lo presenta en su momento más brillante, y la musiquilla me parece francamente inadecuada. El picapinos se basta y se sobra para poner banda sonora a su presencia.

Hoy no lo he visto. No tenía tiempo de seguirlo. Creo que trabajaba alguno de los pinos que hay junto a la ermita, pero tampoco estoy seguro. En cualquier caso ningún otro carpintero es capaz de igualar el concierto de percusión que organizan los de esta especie, en series de 12 martillazos potentes y vertiginosos.



El macho adulto mide unos 21 centímetros de largo, tiene las partes superiores negras, la frente amarillenta, la nuca roja y la parte superior de la cabeza de color negro intenso.



Vacaciones de pueblo

No es Diego, pero podría serlo
Aquí, en Molinoviejo, recibo un inesperado e-mail desde el lugar más recóndito de la Galicia interior. Diego (casi se llama así) dice que tiene muchas ganas de volver a Madrid para empezar Empresariales, pero que le encantan estas vacaciones en el pueblo que ha organizado este año la familia. Habla con singular entusiasmo de las tres vacas de su abuela, de las gallinas y de un pato al que llama Aristóteles. Exulta con el relato de sus aventuras en el río y con las carreras de burros, en las que ha quedado tercero, o sea el último. "¡Una pasada! Le juro que, si pudiera, me quedaba”. Luego explica que “el cura es wifi” y gracias a él puede conectar el portátil y entrar en Internet.

“Le dejo que escriba algo en el en el blog —concluye—. Diga que pasar un mes en el pueblo tampoco está tan mal. Aquí todo es diferente. Hay una chica que me gusta. Tiene 17 años, es muy cortada y siempre habla gallego, pero yo creo que es para defenderse de mí, que sigo siendo un poco ligón. Claro que el cura me dice que yo serviría más para el Seminario, porque él es ya viejo y alguien le tiene que sustituir. Yo le digo que sí, que espere sentado. Pero es guay…”

Lo siento, Diego; no sé si querías que publicara también lo de la chica y el seminario. Supongo que no te importa.


lunes, 9 de agosto de 2010

Aves de por aquí (V)


El trepador azul

He aquí uno de los pájaros más característicos de Molinoviejo. Nada más entrar en el jardín de la casa antigua, un pequeñajo inconfundible se ha escondido detrás del tronco de un pino. Así actúan todos: cuando son vistos no se escapan volando hacia otro árbol; prefieren jugar al escondite.

Como puede verse en el vídeo que pongo a continuación, el trepador azul es un pajarillo inquieto Apenas mide 14 centímetros desde el pico a la cola y no pesa más de 25 ó 30 gramos. Las partes superiores son de color gris azulado y en la cabeza lleva una lista negra y estrecha como un antifaz.

La fuerte musculatura de sus patas, la longitud de sus dedos y la extraodinaria robustez de sus uñas le permiten trepar hasta lo más alto de los gigantescos pinos de Valsain que pueblan el jardín de esta casa. Luego descienden por el tronco cabeza abajo en una extraña postura.

Durante la primavera y el verano el trepador azul se alimenta de insectos. En otoño e invierno también utiliza semillas y frutos.

A mí me parecen preciosos, la verdad.




domingo, 8 de agosto de 2010

Aves de por aquí (IV)

El elanio azul

Es quizá la rapaz diurna más pequeña de Europa y también una de las más amenazadas. Sólo la he visto una vez, al Sur de la Mancha, casi en el límite con Andalucía. Juan, que es el portero de mi casa, me cuenta que en Talavera hay muchos ejemplares y que tengo que ir un día a su pueblo para verlos.

Se trata de un ave preciosa, una especie de paloma preparada para la guerra, con su plumón azul, blanco y gris, sus ojos inyectados en sangre y un pico afilado y duro capaz de causar estragos en el enemigo.


La bicicleta azul



Alguna vez me han acusado de inventarme las anécdotas que cuento en este globo. Yo siempre me lo he tomado como un elogio. Ojalá tuviese tanta imaginación, pero lo cierto es que la realidad supera con creces a mi fantasía. Si algún mérito tengo es que me fijo en lo pequeño. Lo grande me importa menos.

Hoy, por ejemplo, en plena autopista Bilbao-Burgos me he encontrado con una metáfora sobre ruedas. Lo malo es que aún no sé lo que significa. He visto a una chica gordita montada en una bicicleta de color azul, que se arrastraba por el arcén. Los automóviles hacían sonar sus cláxones para reñir a la intrusa o para jalearla. Yo me he sentido culpable de algo inconcreto, y, sin pensarlo demasiado, he empezado a hablarle en voz alta.

—¿Se puede saber qué hace una ciclista como tú en un sitio como éste? ¿Cómo has entrado en la autopista? No te imagino cogiendo un tique en el peaje y mucho menos pagando al final del trayecto. Si te ve la poli, lo tienes crudo, chiquilla. ¿No sabes que estás prohibida? Esto es una selva de fieras motorizadas, y aunque seas una gordita con cara de buena persona, me temo que no llegarás a tu destino. Y eso suponiendo que sepas a dónde vas.

Luego he pensado que, detrás de la gordita de la autopista, tiene que haber una historia: tal vez una apuesta, una tragedia o un desengaño de amor. Quizá debería escribir un cuento o un poema.

Mañana. Hoy tengo prisa.

sábado, 7 de agosto de 2010

Aves de por aquí (III)

La avutarda.

El narrador de este vídeo lo explica todo, y yo no tengo nada que añadir.

Es difícil ver avutardas en la Meseta. Siempre las he localizado gracias a unos prismáticos luminosos y potentes, y aun así, de lejos, más de una vez las he confundido con un rebaño de ovejas.

Un día, hace quince o veinte años, casi me tropiezo con un macho de avutarda muerto. Aún se movía. Tenía un disparo en el costado. Recuerdo que traté de localizar al "cazador" ilegal, pero se conoce que, al verme, escapó.


viernes, 6 de agosto de 2010

La idea


Camino de Bilbao por la autopista, me viene a la mente una idea genial a la altura de Pancorbo. Si la policía no me siguiese tan de cerca, me detendría en el arcén derecho y la anotaría, temblando de emoción, en mi libreta de ideas geniales; pero, como digo, detrás de mi bólido cabalgan sobre sendas motocicletas don agentes de la ley, y la multa sería de 100 euros.

A pesar de todo, Kloster me tienta:

—En caso de emergencia el código de circulación permite detenerse.

—¿Y crees que esto es una emergencia?

—Sin duda. Has concebido una idea original y brillante. No podemos correr el riesgo de que se pierda en el éter. Las grandes ideas gobiernan el mundo. Estamos ante una emergencia nacional.

Miro por el retrovisor. Allí siguen los motoristas, como una pareja de aves rapaces midiendo la velocidad de crucero de mi automóvil y pendientes de cada uno de mis movimientos. Uno de los agentes, el del bigote gris, ha sonreído al saberse observado.

—Creo, amigo Kloster, que me están leyendo el pensamiento. Más aún, sospecho que mi idea genial no es del todo mía. Tal vez me ha sido transmitida mentalmente por uno de los guardias que nos persiguen. Quieren que me detenga para poder multarme impunemente.

Kloster me hace notar que eso no es posible. Una idea tan brillante sólo puede haber salido de mi cacumen. En ese momento oigo por la radio a un representante sindical de los policías. Afirma que las autoridades de tráfico presionan a los agentes motorizados para que pongan más multas, porque es preciso recaudar a cualquier precio.

La información me enfurece y decido pararme en el arcén. Cuando les explique mi idea, no tendrán más remedio que aplaudir. Llorarán de emoción; se felicitarán por haberme conocido y pondrán un mojón de mármol en Pancorbo para recordar que fue precisamente allí donde fue engendrada la idea que habría de cambiar nuestras vidas.

Freno el coche. Un agente se acerca por la ventanilla:

—Documentación, por favor…

Mientras le entrego los papeles, trato de ordenar mis pensamientos para exponer de la mejor forma la idea genial. Pero la idea ya no está. Se ha ido por el desfiladero de Pancorbo y no soy capaz de recordarla.

El guardia del bigote gris sonríe compasivo cuando saca el cuadernillo de multas.



jueves, 5 de agosto de 2010

El sabio pajarero

El bueno de don Alfonso me presta este microvídeo y espera que yo lo comente.

El pajarero gruñón de la peli dice que él estudia, observa y aprende de los pájaros, pero que no los colecciona.

Yo diría casi lo mismo: me dan pena las aves cuando están prisioneras en las jaulas o en los zoos. ¿Como se puede capturar un vuelo? Hace años maté un cernícalo que me estaba destrozando una red japonesa, y no pude dormir aquella noche.

Sí, yo también aprendo de los pájaros, pero ellos no son mis maestros. ¿Los observo? Más exacto sería decir que los contemplo. Dios es el único Maestro y el primer Contemplado. Los pájaros son sólo notas musicales con las que Él compone y recompone cada mañana la sinfonía de la Creación.



miércoles, 4 de agosto de 2010

Aves de por aquí (II)

Abejarucos

La
Sierra de Madrid aloja multitud de abejarucos. Casi nadie los reconoce, porque, cuando llegan de África en grandes bandadas, vistos a contraluz desde el suelo pueden parecer hervideros de golondrinas o de algún tipo de vencejo.

Su canto, sin embargo, es inconfundible. En vuelo forman una gran orquesta de silbidos tremolantes. Y, cuando se acercan, uno se queda fascinado por el colorido y la gracia de los pájaros.

Me dice C3po que ya ha localizado alguna colonia. Que los disfrutes, amigo.




cc

martes, 3 de agosto de 2010

Cogitaciones estivales

Hace unos días he explicado en clase que el hombre y la mujer, por haber sido creados a imagen de Dios, tienen una cierta obligación moral de mostrar esa imagen a los demás. Que vean al Creador en nosotros: en la belleza del lenguaje, en el color y el diseño del vestido, en el arreglo personal…

La moda masculina y femenina debería tratar de expresar la belleza de Dios. Ahí radica nuestra dignidad.

Luego, cuando he visto algunos atuendos de verano, me he llenado de dudas.



lunes, 2 de agosto de 2010

Las virtudes en el mercado

Me dice Rosa que no entiende eso de que los valores morales suben o bajan según las épocas. Sospecha mi buena lectora que me he hecho relativista. Al contrario: he aquí lo que escribí hace quince años.
Los valores éticos se parecen a los bursátiles en que su cotización sube o baja en el mercado, sin que se sepa muy bien por qué.

Es evidente que la sinceridad se cotiza al alza en los últimos tiempos: es un valor sólido y rentable; lo cual no significa que ahora seamos más sinceros, sino sólo que nos gusta presumir de serlo, aun mintiendo.

Pero hay otras virtudes que también se cotizan espléndidamente: la tolerancia, sobre la cual hemos oído montones de manifiestos y sesudas conferencias; la autenticidad, virtud un tanto confusa, que mi ignorancia no sabría definir con precisión; la solidaridad, que es como una caridad devaluada y laica muy útil para mítines y manifiestos políticos, etc.

Insisto en que el evidente prestigio de estos valores no garantiza que seamos más solidarios, tolerantes o auténticos. Al contrario, me temo que el egoísmo sigue extendiéndose como una de las epidemias más significativas del siglo; que el cerrilismo intolerante campa sin freno en muchos ámbitos de la vida, como en la política o el deporte, y que bastantes de los que presumen de auténticos, resultan más falsos que un peluquín amarillo. De cada una de estas virtudes valdría la pena hablar más despacio.
Hubo un tiempo en que la valentía se cotizaba estupendamente. Los años en que todos fuimos Gary Cooper, siempre solos ante el peligro, mientras ellas eran Kim Novac a punto de ser rescatadas de los sioux. Luego —quién sabe si la culpa fue del cinemascope— un vuelco en la bolsa hizo subir como la espuma a la cobardía. Los intelectuales empezaron a presumir de sus canguelos y de su mezquindad. Y de John Wayne pasamos, directamente y sin anestesia, a Woody Allen. El hecho es que el siglo veinte se nos volvió cobarde, insumiso y espantadizo. Tal vez en la segunda mitad del siglo veintiuno las cosas cambien.

Lo mismo ocurre con la fidelidad. Ni que decir tiene que en todas las épocas ha habido mayordomos desleales, maridos en fuga y judas a sueldo; pero nadie osaba justificar intelectualmente la traición. La palabra dada era, al menos en teoría, sagrada. Desde los gansters de Chicago hasta las venerables familias de la mafia palermitana, todas las gentes-bien de Occidente apelaban a la lealtad como fundamento de lo bueno y de lo malo.

Pues bien, también esta virtud se fue devaluando con la crisis, y empezaron a surgir valores nuevos, que en poco tiempo entraron triunfales por la puerta grande de los salones más ilustrados. La ya prestigiosa autenticidad (¡oh, camaleóntica y sutil palabreja!) sirvió para justificar cualquier cambio de chaqueta, de camisa o de ropa interior.

—Pepe, al fin me siento realizada. Es doloroso, pero debo ser auténtica… Lo nuestro ha terminado, sentenció Vanessa.

Sus amigos no se lo recriminaron. Comprendieron sin dificultad que para realizarse como mujer y para encontrarse a sí misma era mucho más confortable el Ferrari testarossa de Víctor José.

Que nadie se entristezca. Igual que he dicho antes que las virtudes, no por más cotizadas se viven mejor, del mismo modo la caída en la bolsa de un valor moral no basta para desprestigiarla por completo. Aún sigue habiendo personas fieles que saben dar la vida por sus amigos. Y todavía se alaba la alta fidelidad de la FM y de los discos compactos, y también a la de esos perrillos que permanecen ante la tumba de sus amos y, a veces, mueren con ellos.

Ya lo dice el diccionario de la Real Academia en su última edición. Lealtad: 2. Amor o gratitud que muestran al hombre algunos animales domésticos, como el perro y el caballo.

—Le veo pesimista. Y tampoco están las cosas tan mal… Fíjese, ahora se está poniendo de moda hasta la castidad. ¡Incluso en América…!, me asegura doña Eulalia con un esperanzado suspiro.

—No, si yo pesimista no soy. Pero es un triste síntoma que dependamos tanto de la moda e incluso que tengamos que cambiar nuestro vocabulario cada diez años para no ofender a determinados oídos.

Hace tiempo me invitaron a dar una charla a universitarios. Les dije que hablaría de fraternidad.

—Si no le importa —me respondieron— pondremos compañerismo. Eso de “la fraternidad” vende poco: suena a cura.

Hablé de fraternidad y de la revolución francesa, a pesar de los pesares.

Con Rafa me ocurrió algo semejante. Me esperaba en mi despacho, y se entretenía mirando los libros de la estantería.

—La virtud de la Pureza —leyó en el momento en que yo entraba—. ¿A qué se refiere este libro…? A la contaminación y esas cosas, ¿no? ¡Cómo se nota que es usted ecologista!

Se lo presté. Todavía no me lo ha devuelto.

domingo, 1 de agosto de 2010

Aves de por aquí (I)

EL alcaudón real (lanius meridionalis) es un autentico carnicero (eso significa lanius). Atrapa sus presas con su pico ganchudo de aprendiz de rapaz y los clava en su carnicería para consumirlos a su tiempo. Hay muchos por la Sierra de Madrid en estas fechas. También aparece con frecuencia su primo el alcaudón común (lanius senator). Supongo que mi amigo androide C3po, insigne pajarero, se habrá tropezado ya con más de uno. Me consta que ha abandonado su nave espacial y está a pocos kilómetros de aquí trepando por los pedregales de El Soto y fotografiando todo lo que ve.

Con este video del inolvidable Felix, abro una sección que tal vez se prolongue durante todo el mes de agosto. Sobre todo si Dani me envía alguna peli de las suyas.