jueves, 31 de julio de 2014

Sueños baratos


—No tenemos sueños baratos...
Lo repite una y otra vez por la radio una voz la mar de persuasiva, que nos invita a soñar con aviones privados, yates de lujo y otras bagatelas que podríamos alcanzar sin esfuerzo si jugáramos un poco más a la lotería.
El anuncio es bueno, y el eslogan me convence, porque yo tengo sueños aún más caros: el Reino de los Cielos, la Vida Eterna, la Contemplación de la Belleza Increada, amar y saberse amado por el Amor de los amores, que nunca traiciona ni envejece.
Y una enorme biblioteca, y toda la música de Mozart, Bach, Beethoven... Y los pájaros; las aves del Cielo.
Tienes razón, amigo: no tenemos sueños baratos.


miércoles, 30 de julio de 2014

No son ángeles


Hoy se me ha enfadado un mendigo. Me pareció que estaba un poco más borracho de lo habitual y ha tratado de conseguir su limosna con malas artes:
—Si no me das un euro, me borro de católico, apostólico, romano.
Estas han sido sus primeras palabras. Luego ha llegado una sarta de insultos dirigidos "a tu jefe" (el Papa) y a los curas en general, que no voy a reproducir.
Raquel, otra mendiga de la misma zona intervino con energía:
—Pues pa moro tampoco vales, porque estás siempre borracho...
Hacía demasiado calor. Mañana o pasado se habrán olvidado de la bronca.
Kloster me recuerda que los mendigos no son ángeles y a veces se les nota. Yo le respondo que de acuerdo, y me pregunto dónde habrá oído ese tipo lo de "católico, apostólico, romano". 

martes, 29 de julio de 2014

Ya galopa la wifi




En Madrid, naturalmente. El regreso tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Entre los inconvenientes, el calor que aprieta de nuevo y la constatación de que el tráfico sigue siendo la gran pesadilla de los urbanitas, a pesar de que se ha diluido un poco.
Hoy, visita de enfermos. Ellos son los más necesitados.
—Siempre habla de sus mendigos —me reprocha Mariano—. Pues sepa que yo también le pido limosna a mi manera.
—No me fastidies. Somos amigos desde hace cuarenta años. ¿Y sigues con el "usted"?
A Mariano le llevaré la Comunión mañana. Hoy, sólo he podido darle un poco de compañía.
—¿Y Marisa?
—La he mandado a la Sierra con los chicos. Yo me arreglo bien solo. Mientras funcione la wifi y el teléfono...
A Mariano se le ha escapado una lágrima sin querer.
—En este maldito piso uno no para de sudar... Ven antes de las doce, si puedes. Si no, me llamas y dejamos la Comunión para otro día.


lunes, 28 de julio de 2014

Sin wifi ni cobertura

... Llevamos dos días aislados. El globo navega a su aire y yo apenas puedo controlar el rumbo desde el teléfono o el IPad. 
Estaremos así hasta que Telefónica se apiade.
Menos mal que ya casi estamos en agosto y mis lectores se han ido a la playa.

sábado, 26 de julio de 2014

Pájaros negros

Mañana tenemos Retiro en la convivencia y a estas horas de la noche  preparo la primera meditación.
Leo en el Evangelio de la Misa: “el reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en el campo…”
Me detengo. Quiero hablar de la Eucaristía y pienso en Jesús en la Hostia Santa, escondido en el Sagrario de esta casa, que está también en medio del campo. Aquí está mi tesoro. Aquí he de poner el corazón.
Luego comprendo que el tesoro no sólo se oculta en la Eucaristía. Jesús me reta para que lo encuentre, como cuando en el cole buscábamos pistas escondidas en las ramas de un árbol, debajo de un mueble o tras unas piedras. ¡Aquella aventura infantil de “la búsqueda del tesoro”!
Lo he pensado y escrito muchas veces. El tesoro se esconde en la luz de la madrugada, en el canto de los pájaros, en la risa de los niños que corren frente a la casa, en cada una de las personas que se acercan al confesonario, en las palabras reveladas que leeré desde el ambón.
¿Y en mi soledad? ¿Estará también en este silencio oscuro que empieza a crecer dentro de mí? Estoy demasiado cansado para buscarte ahora. Encuéntrame tú para que no me distraiga con los pájaros negros de la noche.


viernes, 25 de julio de 2014

¡Podemos!

Jesús replicó:─No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber? Contestaron─¡Podemos! (Mt 20, 20-28) *




Querido Santiago Apóstol, Patrono de España. Un día de estos te mandaré un e-mail largo y pausado para que salga en Mundo Cristiano, pero hoy deseo, al menos, felicitarte.
Fuiste, con tu hermano Juan, el primero en exclamar “¡podemos!”. Y convertiste ese verbo en un grito humilde lleno de noble ambición y de esperanza. Claro que tú no hablabas de cosas políticas, sino de vivir con Jesucristo y estar siempre a su lado. Para lograrlo dijiste que estabas dispuesto a todo, incluso a beber su cáliz, a gustar el trago amargo de la muerte.
Tu deseo se cumplió al pie de la letra: fuiste el primer apóstol mártir. Y tu sangre pionera, derramada como la de Cristo, se convirtió en cosecha de cristianos, en santidad, en camino.
Ruega por nosotros, amigo, y también por esta tierra nuestra donde reposas. 

* La traducción litúrgica de este pasaje evangélico sustituye el verbo "poder" por "seréis capaces". Y los apóstoles contestan "lo somos". Sin embargo, tanto en latín como en griego, se dice "podéis" y "podemos".



jueves, 24 de julio de 2014

El Albergue


El mirador de Piedras Llanas domina tres provincias 
La casa de convivencias de Riaza se llama Valdelafuente, pero en el pueblo casi todo el mundo la llama “El Albergue”, porque eso fue en sus comienzos hace unos cuarenta años: un hostal-albergue de montaña destinado a los esquiadores que venían a la Estación invernal de La Pinilla.
Valdelafuente conserva todavía ese aire montañero de sus orígenes, con sus tejados de pizarra, que caen en vertical hasta convertirse en parte de la fachada. El edificio es bonito, sin duda, pero el negocio no debió de ir muy bien. La nieve empezó a escasear en esta zona, y el albergue pasó a mejor vida.
Mejor vida es la que tiene ahora. Hoy Valdelafuente recibe a cientos de personas cada año que asisten a cursos de retiro, convivencias y reuniones formativas de todo tipo. Hay dos oratorios grandes y una pequeña capilla en la zona independiente que ocupan los sacerdotes cuando atendemos a mujeres.
Desde este oratorio escribo ahora con el IPad sobre las rodillas. No tengo mucho más que decir. Está terminando el día. He predicado a primera hora de la mañana, he dado tres clases de teología moral, me he sentado en el confesonario a media tarde y he preparado la fiesta de mañana.
Al regresar a mi habitación, palabra de honor que me he encontrado con una tórtola turca posada en mi ventana.
─Buenas tardes, amiga. ¿Se puede saber qué buscas aquí?
La tórtola no me ha contestado, pero era evidente que venía a devolver la visita a este pajarero loco que se pasea cada mañana con los prismáticos colgados del cuello. He tratado de fotografiar a mi invitada con el IPad, pero mi movimiento ha sido demasiado brusco, se ha asustado la presa y ha huido hacia un abeto cercano.


miércoles, 23 de julio de 2014

Recuerdos de Riaza

 Hontanares
He llegado al caer la tarde. Estaré sólo seis días, pero, si dependiese de mí, me quedaría todo el verano.
Riaza me trae el recuerdo de mis primeros pasos ornitológicos. Aquí descubrí el canto de los ruiseñores, el maullido de las oropéndolas, que anidaban en los álamos del jardín, el paso de las águilas calzadas camino del sur, el vuelo del halcón peregrino…
Era el verano de 1983. Don Tomás Gutiérrez ─que falleció hace un año─ me había prestado unos prismáticos baratitos “para que te entretengas mirando a los pájaros en los ratos libres”. Yo le hice caso, y al final del mes de agosto tenía un cuaderno entero con dibujos de aves de todas las clases. Aún no conocía ningún nombre, pero al menos sabía diferenciarlas e identificar algunos cantos.
¿Cómo  es posible ─me dije entonces─ que no os haya descubierto hasta ahora? ¿Habéis estado aquí todo el tiempo?
Hoy traigo en el maletero del coche unos prismáticos espléndidos, que me regalaron hace años. Es posible que no tenga tiempo de hacer expediciones pajareras, pero prometo subir a la ermita de Hontanares para decir a la Virgen que he vuelto. ¡Cuántos recuerdos tengo clavados junto a la imagen de esa ermita!
Es tarde y aún no he preparado la meditación de mañana.

martes, 22 de julio de 2014

Ven a la beatificación



El vídeo es original. Claro que no hay que venir a la beatificación sólo para hacerse una foto. A mí y a los que leéis este blog se nos ocurren dos docenas de razones más.

lunes, 21 de julio de 2014

La súper-mermelada de Marita

EXCLUSIVA MUNDIAL 


De regreso a Madrid, llevo en mi macuto un tarro de súper-mermelada de naranja, elaborada por mi madre, Marita.
Este globo ha conseguido la receta en exclusiva mundial. Aquí la tenéis: 
 
1. INGREDIENTES:
  • Cuatro naranjas de piel fina, tipo “navel” (léase “neivol”, que, como todo el mundo sabe, en inglés significa ombligo). Estas naranjas tienen, en efecto, un ombligo espectacular
  • Cuatro manzanas “Golden”.
  • Un limón
  • Un kilo (más o menos) de azúcar.
  • Un vaso de agua.
 
2. ELABORACIÓN
  • Se pelan las manzanas y se parten en trozos pequeños.
  • Se cortan las naranjas “en gajos”, tal como se ve en la foto, sin quitar la piel.
  • Los “gajos” de las naranjas se vuelven a cortar en láminas finas.
  • Se parte el limón en pedazos pequeños como hemos hecho con las naranjas.
  • Los trozos de manzana, de naranja y de limón se ponen al fuego en una olla exprés con un vaso de agua, para que haga chuf chuf.
  • Diez minutos más tarde, se abre la olla y se añade el azúcar.
  • Se sigue cociendo, sin tapar, a fuego lento  hasta que tenga buena pinta el guiso.
  • Una vez cocido habrá que coger la minipimer para darle tres o cuatro golpes al guiso. No se trata de hacer una pasta, sino de conseguir que la textura sea la adecuada
 
Terminada la cocción, Marita, que previamente habrá hervido al baño María unos cuantos tarros, se envasa.
Esta mermelada debe consumirse oyendo, como música de fondo, el Concierto n. 5 para piano y orquesta (“Emperador”) de Beethoven.

En caso de duda, mi madre está dispuesta a aclarar las cosas. 
 

domingo, 20 de julio de 2014

Felicidades automáticas




Una rosa de otoño. Es lo propio 
Ante todo, muchas gracias a las personas físicas (de carne y hueso y estructura tridimensional) que me habéis felicitado en mi cumpleaños. Sois estupendos y sois mogollón. Muchos me decís que me habéis encomendado al Señor; buena falta me hace. Eso es lo más importante.
Mi agradecimiento también a las personas jurídicas que, a través de distintos programas informáticos me habéis hecho llegar vuestros buenos deseos:
Me felicita “Facebook” entero (trescientos millones de seres que no saben nada de mí).
Me felicita “Todo Softonic”, un portal de descargas al que recurro con alguna frecuencia.
Me felicitan “todos los empleados (sic) de General Óptica”, a pesar de que hoy es domingo de julio y muchos están en la playa.
Me felicita “Óptica Roma”, un prestigioso establecimiento, que también cierra en domingo, donde compré unos prismáticos hace treinta años.
Me felicita una tienda de la calle Vergara en la que compré mi primera gabardina negra en 1969.
… … Yo sé muy bien que todos estos y muchos más, que he olvidado en la papelera del ordenador, son sólo pequeños robots que seguirán deseándome felicidad por los siglos de los siglos, aunque lleve ya muchos años en la tumba, pero a mí me emocionan sus mensajes como si realmente fuesen sinceros.
Esta mañana mi amigo Gonzalo ha sido el primero en acordarse.
─¡Muchas felicidades!
Le he dado las gracias, pero a continuación le he soltado una leve impertinencia.
─¿Muchas? ¿Cuántas felicidades me deseas? Yo con una tengo bastante. Y no está nada fácil.
PD. Gracias especialmente a mi colegio de toda la vida, a Gaztelueta, que me acoge con los brazos abiertos cada vez que vengo a mi tierra como si, de verdad, me mereciera algo.  

viernes, 18 de julio de 2014

18 de julio



─¿Llegará un día, querido Kloster, en que podamos hablar de lo que ocurrió en España el 18 de julio de 1936 con la misma frialdad con que opinamos ahora sobre la Guerra de los 30 años?
─Llegará sin duda, pero ni tú ni yo lo veremos, colega. 

jueves, 17 de julio de 2014

La ola

Si yo supiera fotografiar el calor... 
Aún faltaban dos horas para que llegase la ola de calor africano y en mi pueblo estábamos ya hartos de tanto sudar.
─¿Qué andas, Iñaki?
─Ya ves; con este calor…
─Veintiséis grados. No es para quejarse.
─A treinta y siete vamos a llegar. Lo ha dicho Euskalmet.
El tal Iñaki, que charlaba con una señora en la calle Mayor, exhalaba un sudor preventivo basado en la fe. Creía con todas sus fuerzas en la Agencia vasca de Meteorología.
─¡Y a la tarde dicen que habrá galerna!
─Lo que venga vendrá ─concluyó, escéptica, la señora─.
En la farmacia me tocó hacer cola detrás de una mujer joven llena de vitalidad.
─¿Nada más? ─preguntó la empleada─.
─Si no tienes nada para el calor…
─Todavía estamos fresquitos ─me atreví a sugerir─.
─Ya verás, ya. Han dicho en la radio que bebamos litro y medio de agua por lo menos.
─¿De un trago?
En “La Granja”, una tienda de alimentación muy conocida, oigo una voz a mis espaldas.
─¿Ya no saludas, o qué?
Era un anciano encorvado de rostro flaco y nariz aguileña.
─¿Nos conocemos?
─No creo; pero los curas tenéis que saludar a todo el mundo.
─A lo mejor a algunos no les gusta…
─Tú saluda, saluda.
─Bueno, pero es que con este calor…
En la Iglesia de las Mercedes volaban los abanicos de las féminas, como palomas mensajeras.
Al mediodía llegó por fin el calor, cuando ya estábamos todos escondidos en las trincheras, bebiendo galones de agua. A las 2 cambió el viento y volvimos a los 26 grados. La ola había estado con nosotros casi cuarenta minutos.
─Pero qué calor, ¿verdad?
─Eso sí.
 

La procesión



Alrededor de un centenar de embarcaciones han tomado parte ayer en la procesión marítima de Nuestra Señora del Carmen, de Santurtzi, con más de un siglo de historia, que ha sido contemplada desde tierra por miles de personas.
Arrantzales de Santurtzi, acompañados por las autoridades municipales y religiosas, así como de grupos de danzas y de música, han sacado la imagen de la parroquia de San Jorge para llevarla hasta el puerto pesquero donde han embarcado.
Desde el puerto pesquero, se han dirigido hacia alta mar para oficiar la tradicional ofrenda floral por los marineros fallecidos y, posteriormente, han regresado a puerto y han llevado la imagen de la Virgen de vuelta a la iglesia.
El Ayuntamiento de Santurtzi ha sorteado este año 99 papeletas que han permitido a 198 vecinos de la localidad participar en la procesión a bordo de alguna de las embarcaciones del cortejo oficial.
Por la noche, los fuegos artificiales  han llenado de luz mi habitación y me han desvelado por unos minutos. Yo he abierto la ventana de par en par para disfrutar con el espectáculo.


miércoles, 16 de julio de 2014

Más historias de Don Fernando


Doña Prudencia Segurola era sorda, pero conducía su coche tomando todo tipo de precauciones. Siempre atenta al velocímetro, jamás superaba la velocidad prevista por las normas de tráfico. Nunca hacía maniobras bruscas ni adelantamientos arriesgados; manejaba con precisión los intermitentes y miraba con frecuencia al retrovisor.
Precisamente por eso se alarmó al ver por el espejo que le seguía un coche de la policía. Y cuando sus luces coche empezaron a parpadear, le entró pavor y pensó:
“¿Qué es lo que he hecho mal? No paso de 100 kilómetros, no he bebido alcohol ni me he fumado un porro, me he puesto el cinturón, he renovado mi carnet, pasé la inspección… ¡todo está en orden!”
Doña Prudencia aparcó en el arcén, y el policía detrás. La señora puso el freno de mano, abrió la ventanilla, y se resignó a que le pusieran una multa. El policía salió del coche, se acercó a la ventanilla de la señora y le habló. Ésta le señaló su oído con el dedo para advertirle de que era sorda. El policía entonces sonrió y, con lenguaje de signos, le dijo:
 ─Sí señora, ya sé que no oye;  es que me han enviado para advertirle de que el claxon de su coche se ha atascado y no deja de sonar.”  



martes, 15 de julio de 2014

Julio González-Simancas


Estaba en el oratorio de Gaztelueta haciendo mi examen de conciencia de cada noche cuando he recibido el siguiente e-mail: lo firma mi tocayo Enrique.
Ha fallecido mi tío Julio, hermano de Joe. No sé si le conocía. ¡El cielo se está llenando de santos!, que es lo suyo, desde luego, pero aquí la sensación de soledad se hace cada vez mayor.
Sí que lo conocía bien, querido Enrique, y desde ahora le encomendaré unas cuantas gestiones que tengo pendientes. Don Julio ha sido siempre un sacerdote ejemplar, entregado a Dios y a sus hermanos, con la sonrisa --marca de fábrica-- de los González Simancas.

El pico del camachuelo


Eran las diez y media de la noche. Antes de acostarme había pasado por el oratorio como todos los días, para dar gracias a Dios por lo mucho que me da cada jornada y para  pedirle perdón por lo que yo le quito descaradamente.
Había sido un día gris, sin brillo ni contrastes acentuados. En realidad todo lo que sucedió estaba ya previsto desde la noche anterior.
Me senté frente al ordenador para escribir unas líneas en el globo. A veces lo hago por puro sentido del deber, por cumplir con una obligación que me impuse hace casi ocho años. Abrí la ventana. El Serantes había sido engullido por una niebla inesperada que se fundía con la mar y yo sentía también esa misma niebla en el fondo del alma. Estaba casi triste sin saber por qué.
En ese momento lo vi en el jardín. ¿Qué eres? ¿Un pinzón? ¿Qué hace un fringílido como tú a estas horas de la noche cuando toda tu familia duerme?
El pajarillo dio un salto y se acercó un poco más a mi ventana. No era un pinzón, sin un camachuelo, un ave corriente por estas tierras, que nunca se asoma a la Meseta.
Como siempre llevo unos prismáticos de emergencia, los orienté hacia mi visitante. ¡Qué extraño! Algo grave le ocurría en el pico.
El pico del camachuelo es muy pequeño y recio. No resulta fácil romperlo, pero aquel pájaro había sufrido un sorprendente percance y lo tenía partido por la mitad. Por un momento, luz de la casa iluminó con toda claridad la herida.¡Pobre Camachuelo sin pico! Era ya un pájaro moribundo aunque él no lo supiera.
Me acosté pensando en esta pequeña tragedia ornitológica. ¿Cómo será ahora el canto del camachuelo? ¿Cómo podrá alimentarse?
Dí gracias a Dios porque yo aún conservo el pico para hablar por los codos. Ojalá siempre lo utilice bien.
Hinqué el pico y me dormí.
 


lunes, 14 de julio de 2014

San Enrique, censurado


Termina el día de San Enrique Emperador, y debo dar las gracias a todos los que me habéis felicitado a través de esta red cada día más extensa y compleja.
Este año he tenido un problema con Facebook. Hasta ahora, cada vez que me llegaba un mensaje de cualquier tipo por medio de ese programa, yo recibía la correspondiente notificación en mi correo electrónico. Así me resultaba fácil responder inmediatamente. Bueno, pues ya no: nuestro Señor Google ha decidido mandar cada uno de esos avisos al basurero de los spam. Por esa razón no he contestado a los que me felicitasteis en Facebook.
He dicho a Kloster que arregle el problema y levante la censura que ha caído inopinadamente sobre la cabeza coronada de San Enrique.
Lo siento. 

domingo, 13 de julio de 2014

Manual ciceroniano para ganar unas elecciones


Acabo de leer un librito muy interesante de Quinto Tulio Cicerón, el hermano menor del famoso orador, filósofo y político romano. Se titula "De petitione consulatus o Commentariolum Petitionis" (breve manual para una campaña electoral).
El texto recoge una serie de consejos a su hermano Marco cuando éste decidió postularse para cónsul de Roma. Supongo que también podrían servir a los que hoy mismo se someten al "veredicto de las urnas" para presidir el Partido Socialista.
Después de leer el libro he pensado en lo que dice el Eclesiastés: "Nihil novum sub solem". Kloster lo ha dicho de forma más castiza: "ubique fabae cocuntur". (En todas partes cuecen habas).
He aquí alguno de esos consejos:

"Hay tres cosas que garantizan los votos en una elección: favores, esperanza y apego personal. Debes trabajar para darles estos incentivos a las personas adecuadas. Puedes ganar votantes sin compromiso para tu campaña haciéndoles pequeños favores. Mucho más para que todos aquellos a los que has ayudado entiendan que si no te apoyan ahora, perderán el respeto de la población. Pero visítalos personalmente y diles que si te apoyan en esta elección estarás en deuda con ellos.
"(…) Debes hacerles creer que estarás siempre allí para ayudarlos. Diles que estás agradecido por su lealtad, que eres consciente de lo que cada uno de ellos está haciendo por ti.
"(…) Hay ciertos hombres clave en cada barrio o pueblo que ejercen, de hecho, el poder. Son personas diligentes y ricas que, aunque no te hayan apoyado en el pasado, pueden ser persuadidas a apoyarte ahora si te ven como alguien útil para ellos. Cultiva la relación con esos hombres, y asegúrate de que se dan cuenta que sabes lo que puedes esperar de ellos, que reconoces lo que han hecho por ti, y que recordarás siempre el trabajo que han hecho por ti. (…) Reconoce la diferencia entre los hombres útiles e inútiles en cualquier ámbito. Así evitarás invertir tiempo y recursos en personas que serían de poca ayuda.
"(…) Te aseguro que no hay nadie, exceptuando tal vez a los más ardientes partidarios de tus contrincantes, a quien no puedas convencer para que apoye tu campaña haciendo los favores adecuados."

viernes, 11 de julio de 2014

Panamá


Panamá es un País, un Estrecho y un sombrero.  Del País sé poco y del Estrecho menos, pero empiezo a saber algo del sombrero, sobre todo desde que me regaló uno en Canarias mi amigo Álvaro.
El Sombrero Panamá, o jipijapa, es un tradicional sombrero con ala, flexible y ligero, elaborado a mano con hojas de palmera trenzadas.
A pesar de su nombre, los primeros “panamá” se fabricaron en Ecuador. Su nombre viene de la construcción del Canal. En aquellos años se importaron de Ecuador millares de sombreros de este tipo para que se protegieran del sol los trabajadores. El mismísimo Theodore Roosevelt  lo usó cuando fue a visitar las obras.
Pero esto ahora importa poco. Lo que resulta sorprendente es que ha vuelto a ponerse de moda. Ayer mismo salí por Madrid a hacer unas compras y pude contar dieciocho “panamás” en el barrio. Algunos eran manifiestamente pequeños para el cráneo en el que se encasquetaban; otros, por el contrario, estaban clavados casi hasta las cejas del usuario.
Como yo también llevaba mi panamá, decidí abordar al primero que se me pusiese a tiro. Fue sencillo: en el autobús había un asiento libre al lado de un sujeto de rostro amable que portaba con cierta dignidad un panamá blanco.
─Perdone la indiscreción ─comencé─, ¿le importaría decirme desde cuándo usa ese sombrero?
El interpelado sonrió:
─Desde que me lo mandó el dermatólogo. El mío es un sombrero con receta médica.
─ ¿Y le recetó también el tipo de sombrero que debía llevar?
─Sí… Ya veo que usted tiene el mismo modelo. Un “panamá”.  Los dermatólogos parecen haberse puesto de acuerdo. Seguro que usted también lo lleva por prescripción facultativa.
─En efecto, amigo. Y estoy de acuerdo con usted. Y añadiré más: para mí que los dermatólogos se llevan una comisión por las ventas.
─No sea malpensado… Ellos velan por nuestra epidermis.
─Claro que podríamos aprovechar la epidemia panameña para aprender de nuevo a llevarlo como se debe, a desprendernos de él al entrar en un lugar cerrado y por supuesto en la iglesia, a saludar a los conocidos poniendo la mano diestra a la altura del sombrero como si fuéramos a descubrirnos, inclinando levísimamente la testa…
─ ¿Usted cree?
─Sí, amigo. En otro tiempo había todo un lenguaje de signos basado en los sombreros, igual al que empleaban las damas con los abanicos. Y ahora que las normas de cortesía han desaparecido engullidas por el feísmo y el hedonismo indumentario, tal vez recuperemos el gusto por la urbanidad.
Charlando, charlando, mi compañero llegó a su parada y se puso en pie.

─He tenido mucho gusto, y casi me ha convencido, señor…
─Enrique Monasterio…
─Ah. Ya veo...Mi nombre es Heinz Kloster ─concluyó mientras nos despedíamos cada uno con la mano derecha en su Panamá─.

jueves, 10 de julio de 2014

En vísperas de la final


En Internet hay de todo. También chistes afortunados como éste, que ya circula a velocidades de vértigo en whatchaps y correos electrónicos. A mí me lo envía Olga, una amiga melómana, fan de Andrea Bocelli, que conocí hace un año en el aeropuerto de Barajas.

miércoles, 9 de julio de 2014

Reflexiones de un cocinero






He leído este artículo de Sergi Arola y me ha gustado quizá porque no parece condicionado por una ideología concreta al hablar de la forma de Estado. Soy consciente de que me meto en un jardín peligroso al colgarlo en el globo. Temo que mis insultadores de cabecera no se limitarán a discutirlo con argumentos. Lo más probable es que me llamen de todo a mí, a pesar de que no soy su autor, y ni siquiera he dicho si coincido o no con las tesis del bueno de Arola.


Tengo la misma edad que el príncipe Felipe, vaya, la edad exacta de nuestro futuro rey, lo que de entrada, y con la lógica diferencia entre nuestros respectivos estatus, nos ha permitido vivir y compartir en esta España los mismos acontecimientos, las mismas modas, dramas, penas y alegrías.
He tenido la suerte de coincidir como pequeño empresario, como joven o como cocinero a lo largo de mi carrera con él y la princesa varias veces, y siempre, su cercanía, su conocimiento de la sociedad, de nuestros problemas e ilusiones, me ha dejado más que gratamente sorprendido.
La última vez que coincidí con el príncipe durante el cambio de mando del presidente Piñera a la presidenta Bachelet en Santiago de Chile, me preguntó jocoso al verme en el hall del hotel si pensaba dejar de tatuarme, a lo que yo respondí: "Señor, no creo, mientras tenga momentos especiales que plasmar sobre mi piel".
Más tarde, ya en el aeropuerto esperando mi vuelo, veía en un monitor la llegada de los distintos mandatarios invitados al evento, y debo reconocer que me sentí profundamente orgulloso cuando le enfocaron en mitad del corrillo de dirigentes. Me sentí orgulloso del respeto que le profesan en Chile, así como del porte que transmitía a través de las cámaras de televisión chilena. Me pareció la mejor embajada, la mejor imagen que un país emprendedor, valiente y sin complejos como España debe transmitir siempre, pero especialmente en tiempos como estos, al exterior.
Por ello, creo firmemente -hasta que alguien me demuestre lo contrario- que nuestra monarquía parlamentaria es un excelente modelo de representación nacional: para mí, en conciencia, el mejor. Ojo, que hablo de representación nacional, no de Gobierno, ya que un rey en un sistema como el nuestro no gobierna, de eso se encargan los políticos de un lado u otro del arco ideológico.
Me he criado en una monarquía parlamentaria, he viajado por todo el mundo por mi trabajo y tengo sellos en mi pasaporte de repúblicas, monarquías, monarquías parlamentarias, democracias a la venezolana, y he visto miseria y desigualdad en grandes repúblicas tanto como en monarquías de distinta fórmula... Desgraciadamente la lucha contra las grandes desigualdades es transversal y no entiende en absoluto de modelos de Estado, al igual que el otro gran reto de nuestra generación: el deterioro medioambiental y la escasez de recursos.
Pretender, como hemos escuchado y leído en las últimas horas a políticos, en teoría serios, que una república es la solución a nuestros problemas territoriales, al paro, a la corrupción a la crisis, es hacerle un flaco favor a una república que no comparto. Es tan sencillo como observar en qué estado están, a nuestro alrededor, las repúblicas portuguesa, italiana, griega, francesa...
Pretender que una presidencia de la república es más dinámica y realista para el día a día de una nación es tergiversar la realidad, ya que si el Parlamento o el Congreso no avala o sencillamente veta un proyecto del presidente, por honroso y necesario que sea para el país (como la reforma sanitaria de Obama) el proyecto se queda en nada.
Pretender que una república es barata (con la honrosa excepción del presidente Mújica de Uruguay) es una soberana idiotez, y si no que se lo pregunten a franceses, norteamericanos o especialmente a los italianos.
Pretender que la república es más progresista o más moderna es otro contrasentido si analizamos todas las monarquías parlamentarias de nuestro continente: Holanda, Dinamarca, Suecia... Eso sin tener en cuenta que en monarquías como las de Oriente Próximo, que nos gusten o no son mercados de primerísima importancia para nuestros productos, un presidente de la república española no sería recibido ni por la secretaria del más paria de los ministros. Salvo que esa pretendida república española contara con una V Flota permanentemente en el horizonte de las playas del emirato de turno, algo que de entrada no nos podríamos permitir.
Por último, en esta declinación de pretensiones de los partidarios de la república, siempre me ha chocado la presunción de que una república tendría que ser casi por obligación, progresista y de izquierdas... Como si Sarkozy, Chirac, Reagan, Bush, Putin, etc... fueran un faro del progresismo y los derechos sociales. Recuerdo algo que viví de joven en mi Barcelona natal: cuando se aprobó el relevo de la Policía Nacional por parte del cuerpo de Mossos d'Escuadra, a mediados de los ochenta, mis amigos más nacionalistas estaban exultantes: creían ingenuamente que los Mossos serían una especie de cuerpo de Boy Scouts, versión catalana, una especie de amiguetes consentidos... Al final, como es lógico, los Mossos son un cuerpo de policía, que actúa como un cuerpo de policía, protege como un cuerpo de policía, multa en carretera como un cuerpo de policía... aunque te puedas dirigir a ellos en catalán.
Y algo más: me duelen los comentarios, bromas y chistes que leo respecto a la figura y la dimensión histórica del rey, muchos de ellos groseros cuando no, sencillamente, patéticos. Honestamente, me produce cansancio esa libertad aparente que nos ofrecen las redes sociales, libertad que a la postre se acaba convirtiendo en una enorme jaula de grillos, bulos y rumores, cuando no un medio para la impunidad desde el anonimato. En demasiadas ocasiones vomitan y ofenden, prescinden del debate ideológico y ningunean las instituciones. Las confunden con quien -mejor o peor- las representan, hacen un batiburrillo con el descrédito y arrastran el todo resultante por el lodazal virtual de internet. Lo digo consciente de que mis palabras despertarán de estos mismos hooligans.com toda clase de improperios, comentarios y disparates respecto a mí, y mi opinión.
Que nuestro futuro rey Felipe VI sea un buen rey, queridos compatriotas, depende tanto de él y de las decisiones que tome en conciencia, como de nosotros, todos y cada uno de sus "súbditos". Acordémonos de aquello que dijo al mismo tiempo que nuestra generación venía a este mundo un presidente (demócrata) de una república, J.F. Kennedy: dejemos de preguntarnos qué puede hacer nuestro país por nosotros, para plantearnos más allá de nuestro ombligo, qué podemos hacer nosotros por nuestro país.
Sergi Arola